CÓMO ÉRAMOS

Nuestras vidas han cambiado. Actualmente nuestras rutinas diarias giran en torno a la tecnología: desde la primera hora de la mañana levantándonos al ritmo del despertador del móvil hasta la conversación nocturna por messenger para quedar al día siguiente. ¿Qué hacemos ahora sin móvil o sin internet? No es un tópico, es verdad: nuestras vidas no serían las mismas sin estas dos tecnologías.


El móvil tiene más de un 90 % de penetración en España, lo que indica el cambio que ha sufrido nuestra sociedad convirtiéndose en uno de los países líderes en telefonía móvil. Lo paradójico es que todos nosostros guardamos en nuestra memoria el recuerdo de las primeras ideas u opiniones cuando los más avanzados tenían móvil en nuestro país. No olvidaremos la idea de nuestros abuelos sobre nuestra reconversión en autistas si usábamos ese teléfono maldito al que podíamos sacar de paseo, no olvidaremos las miradas envidiosas al primero de nuestro barrio que conseguía el aparato, y por supuesto, no podemos olvidar el primer móvil que trageron nuestros padres a casa y que fue acogido por nosotros como un verdadero juguete. Ahora nuestros abuelos tienen móvil, nuestros padres escriben sms y nosotros mismos no tenemos móvil para entretenernos sino que es casi casi por supervivencia.

De internet ya ni hablamos...Cualquier curiosidad de nuestra vida diaria es saciada por esta tecnología. Y no solo eso. Las redes sociales formadas a través de internet son grandes vínculos que a veces sustituyen a las relaciones humanas, como veíamos en el vídeo de la primera práctica. Pasamos horas ante nuestro ordenador navegando por la web para elaborar nuestros trabajos, para comunicarnos con nuestros amigos o hasta para desarrollar una actividad empresarial. Internet nos ha abierto los ojos, nos ha proporcionado la herramienta para lograr una comunicación global y mundial. Y a veces, como indican las estadísticas, no nos damos cuenta del gran valor que tiene. España está a la cola en el ranking de la incidencia de internet junto a demás países mediterráneos. Tal vez es que no impulsamos adecuadamente internet, valorando todas sus posibilidades.

Es importante ser consciente de que la tecnología es una ayuda pero no debemos dejarnos absorver por ella. Todo en su justa medio, ya se sabe en el término medio está la virtud.